jueves, 8 de octubre de 2009

En el camino de la Igualdad...

La sesión plenaria que se ha celebrado esta semana en el Parlamento de Andalucía ha sido, sin duda, histórica porque no sólo ha cumplido, como siempre, con su tarea legislativa y de control al gobierno, sino que en esta ocasión, además, ha contribuido a forjarse a sí misma como una institución más justa y democrática, pero, sobre todo, más igualitaria.
Julia, Sergio, Abril,Alex, Marina, Alonso,…son nombres de niños y niñas, de andaluces y andaluzas a los que nuestro sistema democrático no ha sido capaz de garantizarles el derecho a compartir sus primeros momentos, sus primeros días de vida junto a sus madres. Ninguno de ellos ha podido disfrutar de la compañía de su mamá, ni siquiera, el tiempo que dura la baja maternal, como cualquier otro recién nacido. Son hijos e hijas de mujeres que han tenido la gran “osadía” de elegir libremente ser diputadas y madres a la vez.
Todos ellos nacieron cuando sus mamás eran diputadas en el Parlamento Autonómico. Posiblemente, ninguno de ellos es consciente, aún, de lo importante que han sido sus llegadas al mundo porque con ellos nació también una reivindicación, la de adaptar nuestras instituciones a una nueva realidad, la presencia activa de mujeres en política.
La pasada legislatura reformamos la Ley Electoral, mal que les pese a algunos, para exigir que todas las candidaturas cumplieran la paridad y fruto de ello, hoy, nuestro Parlamento Andaluz es paritario. Sin embargo, resulta, cuánto menos paradójico, que, desde las administraciones insistamos en la necesidad de que las mujeres participemos activamente en política y cuando lo hacemos no se nos garantice el derecho a decidir y a disfrutar, como a cualquier mujer, de nuestra maternidad. Este hecho no es sólo injusto para nosotras como mujeres, sobre todo, lo es para nuestros niños y niñas a los que se les está negando la posibilidad de compartir sus primeros días, tan decisivos para su adaptación y posterior desarrollo, con sus madres.
En estos momentos, en los que ya se debate sobre la necesidad de ampliar la baja por maternidad y la de corresponsabilizar a los padres en la crianza de los hijos, algunas mujeres no hemos tenido derecho a disfrutar de la misma. Se trata de una vieja reivindicación en los pasillos del hospital de las Cinco Llagas, de hecho, fue la propia Presidenta del Parlamento de Andalucía, la socialista Fuensanta Coves, la que, en su toma de posesión, se comprometió a resolver esta situación.
Sin embargo, no fue hasta el 9 de octubre del pasado año cuando la noticia saltó a los medios de comunicación. Aquel día, el partido mayoritario en Andalucía, el PSOE-A, perdió una votación en una sesión plenaria debido a la ausencia de tres diputadas; una de ellas por estar recibiendo un tratamiento de quimioterapia y otras dos, entre las que me incluyo, por estrenar maternidad. Aquel suceso fue celebrado por la oposición, PP e IU, con carcajadas y aplausos protagonizando unas lamentables y vergonzantes imágenes que se difundieron en todos los informativos de las cadenas nacionales de televisión.
Después de casi un año, aún no es comprensible el motivo de tanta alegría y tanto festejo porque la realidad es que detrás de aquel jolgorio se escondía una dolorosa injusticia. Aquel comportamiento de los diputados y diputadas de la oposición hizo saltar por los aires cualquier mínimo gesto de cortesía parlamentaria y, por supuesto, de humanidad. Y es que en política no todo vale…
Posiblemente la felicidad de los diputados de IU se debía a que ninguno de ellos se verá ante una situación similar, ninguno de ellos tiene previsto parir en esta legislatura (son todos hombres). Parece que los “progres” de IU no creen que haya ninguna mujer en Andalucía lo suficientemente válida como para encabezar sus listas electorales y representar a la ciudadanía andaluza en el Parlamento.
Pero, por supuesto, aún más se alegró la rancia derecha que no cree en la igualdad, la que no quiere que las instituciones sean paritarias y por eso recurrió al Tribunal Constitucional la reforma de la ley Electoral, la que ni siquiera es capaz de votar a favor de la educación mixta porque siguen creyendo en una educación que segregue por género y por clases sociales, la misma derecha de siempre, la derecha del señorito Arenas.
Pero, aunque a algunos les pese, esta injusticia no se volverá a repetir porque en este Pleno de la Cámara Andaluza ha aprobado definitivamente una iniciativa socialista que proponía la reforma necesaria del reglamento para posibilitar y garantizar el derecho a disfrutar de la baja maternal o paternal de sus señorías, sean del color político que sean. Se ha aprobado sin condicionantes, sin aceptar chantajes porque a lo largo de su tramitación, la oposición ha vuelto a retratarse y han querido ponerle precio a la defensa de la igualdad intentando encubrir una reforma general del reglamento para sacar tajada política. Han querido unirlo todo en un totum revolutum para beneficiarse y sacar rédito de esta injusticia que sufrimos, como siempre, las mujeres.
Pero, no lo ibamos a permitir, no ibamos a permitir que se aprovecharan de la desigualdad que padecemos las mujeres para conseguir ventajas políticas que no han conseguido en las urnas, por eso, este avance se iba a aprobar con o sin el apoyo de la oposición. Nuestra meta, la de los hombresy mujeres socialistas, es conseguir una sociedad de iguales, por eso trabajamos cada día y esta semana hemos dado un paso más en este largo camino que aún nos queda por recorrer.

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